La mas buena que he visto
Estábamos en el restaurante de paso llamado el 118 esperando a recibir la órden de comida que habíamos solicitado, entonces fue cuando apareció, su imágen era la esencia misma del erotismo, de la lujuria, de esas mujeres que al verlas lo primero que pi nsas es en el sexo salvaje y sin miramientos que podrías tener en eses cuerpo tan cachondo y sensual.
Una cara angelical, pues contaría con escasos 16 o 17 años, su tez revelaba un incipiente acné juvenil que lo delataba, de piel apiñonada pero de apariencia sedosa, unos pechos que ayayay, deliciosos melones, enormes pero firmes, una cintura breve, desde luego debía ser mas grande de lo que aparentaba pero con esas proporciones se notaba mas chica, unas nalgotas que harían falta cuatro manos para acariciar cada una de ellas, el vientre plano pero con esa ligera curva que se antoja acariciar suavemente.
No tuve tiempo de fotografiarla pero se que la llevaré por mucho tiempo en mi mente.
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